Páginas

jueves, 4 de diciembre de 2014

te extraño

¡Hola! ¿Qué hacés? Me dijo.
Yo la miré, y por un segundo no la reconocí.
Cuando me di cuenta quién era, y que no la había reconocido, me entró el sentimiento de culpa más grande de mi existencia.
Avancé torpemente el metro que nos separaba y la abracé con fuerza.
Sonreí.
Sonrió.
Me gustó volver a verla, me gustó que ese abrazo se pareciera a los de cuatro años atrás.
Esos abrazos que podrían ser eternos; pero que ahora se cortan solos.
Ahora se van porque no tienen tiempo.
Me gustó volver a verla.
¡Hola! ¿Qué hacés? Me dijo.
Y yo la miré.
Siete años de amistad pasaron por mi cabeza en ese instante.
Mates, música, libros, verano, calor.
Siete años.
Chistes, jodas, cartas, fiestas, charlas.
Siete.
Y hoy, yo no la reconocí.
¡Hola! ¿Qué hacés? Me dijo.
Y yo la miré.
Nos abrazamos como si tuviésemos quince años otra vez.
Creo que las dos pensábamos lo mismo.
Siete años de conocernos y reconocernos.
Años de abrazos que podrían ser eternos.
Y yo, hoy, no la reconocí.
¡Y pensar que decíamos todo el tiempo!
No dejemos de hablarnos
y yo hasta podría decir que me olvidé de su voz.


No hay comentarios: