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sábado, 26 de octubre de 2013

Resolución

Los días se alargan y yo no puedo creer que ya estoy por egresar. Que me queda un mes de secundaria. Que el once de noviembre voy a ser oficialmente una alumna universitaria. No puedo creer que ya termina. Que me queda poco. El Carpe Diem ya no sirve, lo intento y se pasa igual, se va, huye. ¡¡¡Primero, volvé!!!

Me acuerdo de cosas, de momentos, de gente, me acuerdo de Otroso, del viejo buffet, de Ciencias experimentales, de lo gigantesco que me parecía el colegio cuando entré por primera vez. Me acuerdo de la charla de bienvenida en el salón de actos, de mi pánico pensando que se habían olvidado de mí, y yo solo estaba en décima. 

Pienso en el futuro, y me pone nerviosa. ¿Cuáles van a ser mis preocupaciones dentro de un año? ¿Cómo me va a ir? ¿Voy a hacer amigos? ¿Cómo me va a ir en Londres? ¿Qué, qué, qué...?

Quiero la entrega de diplomas, quiero crecer, quiero quedarme, me quiero ir, quiero atarme a las columnas, quiero salir corriendo, ¿qué quiero? Siempre me dolieron los cierres de etapas. ¿Será que ahora estoy lista? No, no, nadie lo está. NADIE QUIERE SER UN EX-ALUMNO

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