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lunes, 2 de abril de 2012

Un minuto de silencio a los 680 caídos en Malvinas.

Soy nacionalista. Demasiado.
Hubiera dado mi vida en las Malvinas sin que me obliguen, y hubiera cruzado los Andes a pie, estoy enamorada de mi país, con sus virtudes y defectos, estoy orgullosa de ser argentina, cómo de muchas otras cosas. Quiero dejar algo de mi en algún lugar del mundo, y que la gente diga :'ella es argentina', por lo que caminaría erguida y con la frente en alto, demostrando que no todo lo que dejamos está vencido.
Arruinamos muchas cosas, pero también mejoramos otras, y no hablo de gobiernos ni de gobernantes, sino de sociedades y ciudadanos, de jóvenes luchadores y adultos responsables que supieron darle al país más de lo que se merecía; que supieron revolucionar al pueblo, con o sin ayuda. Y que lograron su objetivo. 24 de marzo, 2 de abril, 25 de mayo, 20 de junio, 9 de julio, no nos tiene que dar vergüenza lucir escarapelas, desdoblar banderas, seguir tradiciones. Incluso si creemos que las cosas podrían estar mejor. Sí, siempre va a haber algo para mejorar, pero un escalón más, es un escalón más.
Cada victoria es como una copa en un mundial, como una medalla en una olimpíada, como un trofeo en un torneo, es un mérito. Un mérito bien merecido. Gracias a aquellos próceres que nacieron antes que yo y que me dieron la posibilidad de poder decir que vivo en un país orrgulloso de existir. Gracias a aquellas ídolas argentinas que nos hacen e hicieron quedar bien a lo largo de la historia. Gracias por darme una historia que contar.


'Porque no son los territorios los que compiten y  juegan, ganan o pierden, sino que son las sociedades las que lo hacen'

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